Aarnio,
Aulis, La
tesis de la única respuesta correcta y el principio regulativo del
razonamiento jurídico,
Doxa, núm. 8, 1990 p. 27, disponible en
http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/10797/1/Doxa8_01.pdf
Sobre
las reglas básicas de la racionabilidad y la tesis de la única
respuesta correcta.
Los
ciudadanos tienen el derecho básico y la necesidad de la certeza
jurídica, es decir, esperan la protección jurídica de sus
autoridades, que se evite la arbitrariedad y que las decisiones
tomadas por ellos sean las correctas. A través de la justificación,
la motivación y la argumentación, el juez promueve la credibilidad
en la que descansa la confianza que los ciudadanos tienen de él. La
arbitrariedad o voluntarismo del juzgador deben de estar alejadas de
la actividad argumentativa, justificativa o de motivación de la
sentencia. Aulis Aarnio considera que el juez está obligado a dar
una respuesta a los casos planteados, para ello tendrá que
interpretar y elegir sólo una entre las posibles respuestas que le
ofrece el ordenamiento jurídico. De igual manera, considera que no
existe una única respuesta correcta, lo que existen son respuestas
justificadas, aceptadas y razonables.
Bajo
esta tesitura y el análisis a la luz de la tesis en comento llegamos
a vislumbrar el problema de Aarnio el considera que no puede haber
respuestas correctas en el razonamiento jurídico, ya que el concepto
de una única respuesta correcta es ambiguo. Al menos hay dos
versiones diferentes de esta noción:
VERSIÓN
FUERTE: Existe una respuesta correcta pero esta esta implícita,
pero esta puede ser detectada.
VERSIÓN
DÉBIL: Puede existir una y solo una respuesta correcta, sin embargo
esta no puede ser detectada. Como ejemplo tenemos las llamadas
lagunas legales.
En
lo que sigue intentaré argumentar en favor de una respuesta
negativa: no puede haber respuestas correctas en el razonamiento
jurídico (tesis ontológica). Por consiguiente, tales respuestas
tampoco pueden ser detectadas (tesis epistemológica y
metodológica). De la «naturaleza» misma de la ambigüedad
semántica se desprende que hay que abandonar tanto la versión
fuerte como la débil.
El
núcleo de la propuesta de Aarnio consta de los siguientes conceptos:
Principios y reglas básicas de racionabilidad, reglas de la carga de
la prueba, conceptos de coherencia –respecto de las fuentes- y
aceptabilidad –respecto a fuentes, elementos metodológicos y
evaluaciones-, en lugar de verdad y, las ideas de consenso y
audiencia o auditorio.
En
la formación de la teoría de la argumentación de Aarnio, la
coherencia de la interpretación acontece en el contexto de un todo
que dota de significado. Además, la interpretación y la
corrección siempre son relativas a un auditorio y a su vez con la
de consenso. Lograr el consenso de un auditorio exige argumentación
racional desarrollada en un marco fijo que viene expresada en una
forma de vida (en el sentido de Wittgenstein), y que requiere
también el empleo de la persuasión.
En
suma, Aarnio habla de coherencia y no de verdad y controvierte a Ross
porque niega que las normas, derechos y obligaciones signifiquen o se
remitan a hechos y a Dworkin, por cuanto sostiene la existencia de
una única solución correcta.
La
propuesta de Aarnio pretende pues, salvar la racionalidad de la
interpretación jurídica recurriendo a la noción de
aceptabilidad, lo que no implica la existencia de una teoría
predictiva ni de una teoría de la verdad de la interpretación,
sino simplemente una sustitución de la idea de verdad por una idea
de aceptabilidad relativa a valores sociales dominantes.
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